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¿Qué es un hotel de insectos?

El hotel de insectos es uno de los productos que más interés despierta, y, a su vez, que más preguntas suele generar. Por eso hemos querido preparar este artículo, para explicaros un poco qué son y para qué sirven los hoteles de insectos y, de paso, comentar la diferencia entre las abejas solitarias y las abejas melíferas.


En primer lugar queremos explicaros la importancia que tienen los insectos polinizadores en nuestros ecosistemas. Las abejas son los insectos polinizadores más conocidos, pero no son los únicos. Otros de los insectos que cumplen en ocasiones labores de polinización son las avispas, las mariposas, las moscas de las flores, crisopas y algunos tipos de escarabajos. Las abejas, no obstante, destacan sobre los demás por su importancia a la hora de conseguir que el polen se cruce entre unas flores y otras (polinización cruzada), permitiendo la fecundación de las plantas y que crezca finalmente el fruto. La polinización asegura la existencia de una gran cantidad de flores y plantas, aumenta la biodiversidad en nuestros ecosistemas y aporta la mayor parte del alimento al ser humano.


La pérdida de biodiversidad que sobrevendría si las abejas desaparecieran o, simplemente, se vieran minimizadas, significaría una catástrofe ambiental. Una hipotética extinción de las abejas perjudicaría de forma importante el equilibrio ecológico del planeta, hasta tal punto que la supervivencia humana sería imposible.


Una buena manera de ayudar a la supervivencia de las abejas y otros insectos polinizadores es colocando en nuestros jardines los llamados hoteles de insectos (foto 1).


Foto 1. Hotel de insectos colocado en el tronco de un árbol.



Los hoteles de insectos son estructuras que actúan como refugios en los que los insectos pueden nidificar y realizar su tarea polinizadora. Insectos como las abejas solitarias aquí pueden encontrar su "hogar", ya que el uso de pesticidas y la existencia de terrenos cada vez más urbanizados hacen que pierdan sus hábitats naturales.


Las abejas solitarias, a diferencia de las melíferas, no forman colmenas, por lo tanto, no las tienen que defender, priorizan su propia vida y no pican. El macho muere 3 días después de aparearse y la hembra vive 3 meses más, pone de 14 a 30 huevos para los que recolecta néctar y polen.


Las abejas solitarias ponen sus huevos en tallos de plantas, orificios de troncos y leña. El hotel de insectos intenta reproducir de forma artificial los sitios donde suelen nidificar mediante elementos naturales (madera, cañas, troncos, etc.).


Las abejas construyen en los agujeros un nido formado por varias celdas separadas por tabiques de materiales diferentes (barro, hojas, etc.), y luego proveen estas celdas con polen y néctar para depositar finalmente en ellas los huevos. Por último, sellan el agujero del nido donde han depositado los huevos con barro para que otros depredadores no puedan llegar a ellos (foto 2).


Foto 2. Corte de una madera donde las abejas han hecho sus nidos.



Una vez el huevo eclosiona, salen las larvas. Éstas aumentan su tamaño y pasan a ser pupas, de las que emergerán nuevas abejas solitarias una vez completado el proceso de metamorfosis, las cuales contribuirán a polinizar nuestros cultivos y ecosistemas.

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